Andrés Pedreño es catedrático de Economía Aplicada y experto en Inteligencia Artificial. También ha participado en las Jornadas Tecnológicas Euskaltel 2024. Con él hablamos sobre IA en el contexto internacional y europeo, regulación y ética, su aplicación empresarial, tendencias y retos que tenemos por delante, como empresa y como sociedad.

  • Estados Unidos, China y Europa están tomando caminos muy distintos en el desarrollo de la Inteligencia Artificial. En estas Jornadas Tecnológicas analizamos este escenario global dividido entre quienes apuestan por avanzar la tecnología y quienes se centran en la regulación, ¿cómo se consigue un equilibrio entre innovación, control y libertad para innovar?

Actualmente, quién genera crecimiento son las tecnologías de propósito general, como la economía digital o la Inteligencia Artificial. Sobre esa base, Europa necesita una apuesta más efectiva y ambiciosa.

  • Europa pone el foco en la regulación y lo lleva a la práctica con el Libro Blanco de la Comisión Europea, ¿es esta una gran oportunidad para liderar en cuestiones como la ética tecnológica?

Poner el foco en la regulación, sin una industria tecnológica propia, es como un brindis al sol. Con dependencia tecnológica de terceros países, la regulación se convierte en muchos casos en una barrera que perjudica la innovación y va regenerando un gap de competitividad en nuestros sectores más representativos.

La regulación debería ser, por supuesto, ética, eso es una obviedad, pero sobre todo tiene que ser eficiente. Un ejemplo: España es campeona mundial en donación de órganos humanos porque tenemos una regulación eficiente que permite una operativa muy compleja con muchas vertientes éticas y de todo tipo.

La regulación digital europea lleva décadas de ineficiencia y a la vista están los resultados. Tras veinte años, no tenemos gigantes tecnológicos, apenas generamos unicornios en tecnologías de propósito general y nuestras startups tienen enormes problemas para escalar.

  • ¿Qué normas son esenciales para garantizar un uso seguro y beneficioso de la IA y qué aspectos éticos consideras prioritarios?

La IA puede ser un instrumento tan poderoso que afecte a la libertad de expresión, a la manipulación de información o a muchas cosas que son importantes. Pero, en gran medida, no es la regulación, sino la educación, la que puede ser la gran medicina para preservar la ética y guardar las garantías.

Andrés Pedreño: “La educación es la gran medicina para preservar la ética”

  • ¿Qué papel puede (o debe) jugar la IA ante los grandes desafíos mundiales que tenemos por delante?

Hay muchos campos donde atendemos a diario a noticias extraordinariamente esperanzadoras. Todos los sectores productivos se van a beneficiar de la IA. Pero hay problemas críticos para la humanidad donde la IA puede ser decisiva y ayudar a resolverlos: cambio climáticos, eficiencia energética y nuevas fuentes, enfermedades complejas, medicina personalizada, educación, etc.

  • Y en España, ¿cuál es la situación actual de la IA?

No hay muchos indicadores objetivos y de calidad que nos permitan hacer un diagnóstico preciso. En España, hay buenos investigadores, con publicaciones científicas relevantes, un tejido creciente de startups y una conciencia muy creciente sobre su potencial, motivado por el boom de la IA generativa. Pero el contexto europeo no ayuda. Falta inversión privada de auténtico riesgo (no sólo la que recibe la mera denominación). Y la regulación europea, en mi opinión, no genera una cultura de “oportunidades” sino de “riesgos”. Hay modelos y herramientas de IA de última generación que no están disponibles en España/Europa y sí lo están en el resto del mundo. Esto es grave.

  • ¿Cuáles son las principales tendencias en transformación digital que observas en el sector empresarial?

Yo distinguiría entre las que hay y las que debería haber. Tenemos que hablar de tecnologías que realmente son eficientes, como la IA, que puede suponer una ventaja competitiva y, además, es de fácil asimilación.

  • Para fomentar el desarrollo de la IA, la colaboración entre el sector público y el privado parece clave. ¿Qué papel corresponde a cada uno de ellos? ¿Qué medidas pueden adoptarse para que esta colaboración sea más efectiva?

Dado el peso del sector público en España, se debería apostar de forma ambiciosa por la demanda de proyectos de IA de todo tipo a través, no sólo de licitaciones, sino de fórmulas como la Compra Pública Innovadora. Hay que pasar de las subvenciones, ayudas y fórmulas similares al desarrollo de proyectos reales que permitan desarrollar tecnologías, productos y servicios adaptados a funciones sociales, empresariales, etc.

Y, por supuesto, es absolutamente necesario reducir la burocracia innecesaria, las barreras gratuitas que impiden a las startups tecnológicas concurrir con facilidad en el mercado y crecer. A nivel empresarial, debemos de pasar de “salir de zona de confort” y “no tener miedo al fracaso” a plantear empresas con ambición y una cultura de éxito y escalabilidad.

  • ¿Cómo impacta la IA en el empleo?

Yo me atrevería a asegurar que muy positivamente; sobre todo, si un país pone foco en los empleos que se pueden crear. Si hoy tuviéramos en España un millón de jóvenes especializados en STEM habría empleo para todos ellos y además motivarían una gran atracción de inversión de empresas tecnológicas. Si no damos señales de que los empleos basados en tareas repetitivas no tienen futuro pues entonces sí, tendremos problemas estructurales a medio plazo. Pero, hoy por hoy, los países más digitalizados y con más IA tienen las economías más sólidas, con mayor crecimiento y empleo.

  • Esto nos lleva a debatir sobre la necesidad de formación. ¿Cómo crees que será el mercado laboral del futuro y qué tipos de formación o habilidades serán las más demandadas?

STEM y la hibridación de la computación con todas las áreas del saber y vertientes profesionales. La computación es una herramienta fundamental para todas las profesiones, incluidas las humanidades, el derecho o el arte. Y, por supuesto, debemos estar abiertos a una formación continua. Sobre IA, por ejemplo, hay que formarse a diario. Una parte de la jornada laboral ya debemos dedicarla hoy en día a ponernos al corriente de avances relevantes que ocurren una semana tras otra.

  • Ante esta irrupción tan fuerte de tecnologías como la IA, ¿a qué retos nos enfrentamos si tenemos una empresa? ¿Y como sociedad?

Como empresa, nos enfrentamos a la necesidad de incrementar nuestra competitividad. La clave está en utilizar las nuevas herramientas para trabajar con nuestros datos y problemas específicos, así que necesitamos adaptar, optimizar y gestionar la IA nosotros para poder sacarle partido.

Como sociedad, como país, necesitamos liderar la IA. Tenemos que ser una potencia en sanidad aplicada a nuestros sectores más representativos, como sanidad o turismo. Europa ha identificado riesgos y elaborado un gran discurso ético pero, sin empresas, solo trae mayor dependencia tecnológica y vulnerabilidad.