En total casi una quincena de aficionados del Athletic y sus acompañantes y 30 niños de Eibar pudieron disfrutar de dos experiencias organizadas por Euskaltel con los rojiblancos y los armeros en sus instalaciones, aunque ambas jornadas fueron mucho más que un partido.
Los afortunados que tuvieron la posibilidad de vivir un día como auténticos leones pudieron conocer las entrañas del club rojiblanco como nunca. A primera hora de la mañana se congregaron en los alrededores de San Mamés para conocer todos los recovecos del estadio y tomar un aperitivo. Había que coger fuerzas para el resto del día e inmortalizar la reunión.
Una foto de presentación perfecta a la que siguió la visita a la sede de Ibaigane, el mejor exponente de la tradición del Athletic, por donde han pasado cientos de jugadores para firmar sus contratos y presentarse como rojiblancos. Una visión privilegiada que fue calentando los ánimos de los visitantes para la siguiente parada.
Partido en Lezama y comida de tres estrellas
Cuando el bus estacionó en el aparcamiento de Lezama, ya había ganas de ponerse el uniforme y vislumbrar el arco en su nueva ubicación. Algunos demostraron estar muy en forma, otros tuvieron que quitarse un poco de óxido, pero todos se llevaron la experiencia de jugar un partido en el tapete de Lezama. ¡Todavía estamos decidiendo a quién dar el balón de oro!
Y un día así no pudo tener un final mejor. Aprovechando su cercanía, el restaurante Azurmendi, a cargo de Eneko Atxa, último premio nacional de Gastronomía, fue el escenario perfecto para recuperar las calorías perdidas e irse con el mejor sabor de boca.
Una experiencia llena de energía en Eibar
Y si algunos se fueron ilusionados de la visita a los lugares emblemáticos del Athletic, ni qué decir tiene que los cerca de 30 txikis que pudieron disfrutar de la experiencia con el Eibar pasaron un día inolvidable, viendo el entrenamiento del primer equipo en Arrasate primero, y llevándose los autógrafos de sus jugadores preferidos después.
Le pusieron toda la energía al día, desde el principio, e hicieron lo propio por la tarde, en el campo, donde se lo dejaron todo. Allí les esperaban Sergi Enrich, Antonio Luna, Yoel Rodríguez y el entrenador Iñaki Bea. No hizo falta ni un minuto para ponerlos en marcha…
Pronto dejaron claro que el Eibar tiene cantera de la que tirar. Penaltis, rondos y jugadas ensayadas fueron la tónica general de un entrenamiento lleno de buen ambiente. Como punto final, sesión de fotos y preguntas y unas cuantas dosis de risas para despedirse. Los chavales no pudieron pasárselo mejor y se llevaron los mejores selfies con los que presumir este verano con sus amigos.
Si os habéis quedado con los dientes largos, estad atentos a las siguientes experiencias. Sólo tenéis que pasaros por nuestras redes o revisar las newsletters que os mandamos a vuestro correo.